Ser o no ser
Todos los años a estas alturas mi madre empieza a darme la tabarra para que me presente a las oposiciones de maestra. El año pasado conseguí convencerla de que no quería pero este año vuelve a las andadas porque ha oído el rumor de que este año salen un porrón de plazas (creo que 500 en infantil)
La verdad es que después de comprobar por mí misma que el trabajo que se ofrece por ahí es un asco y que pagan fatal, me estoy empezando a plantear seriamente el presentarme, porque lo que más me apetece ahora es asegurarme el futuro. Por suerte o por desgracia, me van llegando noticias de lo que van haciendo antiguas amigas mías del colegio, instituto, etc. (es lo que tiene tener una tienda en el barrio) y algunas ya se han casado, otras encontraron trabajo de lo suyo y se acaban de comprar un piso o un coche, otras se fueron a vivir a otra ciudad (¡e incluso país!)... y a mí me deprime ver que soy la única que sigue igual que entonces. Y sobre todo lo paso fatal cuando algún conocido o familiar me pregunta que si estudio, trabajo o qué narices hago.
Lo que pasa es que me da una pereza tremenda porque hace más de dos años que no toco los libros y ponerse ahora al día es un faenón... y aparte, algunas malas experiencias hicieron que se me cayera el mito de la enseñanza y que por ciertas cosas, llegara a pensar que no sería capaz de ser buena maestra.
Aún lo sigo pensando, pero creo que la necesidad de avanzar que tengo en este momento es más grande que el miedo, y si luego no sale bien, al menos no habrá sido por no haberlo intentado, que para algo he dedicado la mayor parte de mi vida a estudiar. Y que pensándolo fríamente, las condiciones laborales de los maestros son una maravilla: buen horario de trabajo, buen sueldo y sobre todo, vacaciones inmejorables (fines de semana, fallas, pascua, navidades, 2 meses de verano... esto es lo que más feliz me hace jaja). Eso sí, bien merecido todo aunque la gente siga sin creérselo.
En fin, que estoy hecha un mar de dudas, de ahí el título del post...
La verdad es que después de comprobar por mí misma que el trabajo que se ofrece por ahí es un asco y que pagan fatal, me estoy empezando a plantear seriamente el presentarme, porque lo que más me apetece ahora es asegurarme el futuro. Por suerte o por desgracia, me van llegando noticias de lo que van haciendo antiguas amigas mías del colegio, instituto, etc. (es lo que tiene tener una tienda en el barrio) y algunas ya se han casado, otras encontraron trabajo de lo suyo y se acaban de comprar un piso o un coche, otras se fueron a vivir a otra ciudad (¡e incluso país!)... y a mí me deprime ver que soy la única que sigue igual que entonces. Y sobre todo lo paso fatal cuando algún conocido o familiar me pregunta que si estudio, trabajo o qué narices hago.
Lo que pasa es que me da una pereza tremenda porque hace más de dos años que no toco los libros y ponerse ahora al día es un faenón... y aparte, algunas malas experiencias hicieron que se me cayera el mito de la enseñanza y que por ciertas cosas, llegara a pensar que no sería capaz de ser buena maestra.
Aún lo sigo pensando, pero creo que la necesidad de avanzar que tengo en este momento es más grande que el miedo, y si luego no sale bien, al menos no habrá sido por no haberlo intentado, que para algo he dedicado la mayor parte de mi vida a estudiar. Y que pensándolo fríamente, las condiciones laborales de los maestros son una maravilla: buen horario de trabajo, buen sueldo y sobre todo, vacaciones inmejorables (fines de semana, fallas, pascua, navidades, 2 meses de verano... esto es lo que más feliz me hace jaja). Eso sí, bien merecido todo aunque la gente siga sin creérselo.
En fin, que estoy hecha un mar de dudas, de ahí el título del post...
Escrito por begotxu @ 05:21